La comunidad de gatos estaba desolada, ya no cazaban ratones como antiguamente y sus cuerpos cada vez más delgados daban muestras del hambre que padecían. ¿Habían desaparecido los ratones? No, simplemente se habían vuelto más listos (más coloraos que dice la leyenda). Hasta hacía unos años la caza había sido bastante fácil, los gatos salían en busca de los ratones y para ello hacían uso de una caza denominada outbound hunting, que consistía en llegar a sus presas anunciándoles unos quesos formidables que harían las delicias de los roedores (era un poco matar ratones a cañonazos). La técnica era un tanto intrusiva; los gatos no desperdiciaban la ocasión de bombardear a los ratones con mil y un anuncios carentes de cualquier valor añadido que únicamente representaban una molestia para ellos ya que interrumpían sus programas favoritos. Programas televisivos como Ese ratón me suena, MasterRatón… , emisoras de radio como RNE (Ratón Nacional de España) o la Cadena Ser (Sociedad española de roedores), periódicos como La Ratón, El Mundo Roedor, etc. Todos ellos estaban plagados de esos soporíferos anuncios. Años más tarde, y con la aparición de internet, también los podríamos ver en forma de Banners. Parecía que siempre había ratones que se dejaban llevar por estos cantos de sirena felinos y ahí estaban los gatos al acecho, esperando a su presa a la salida de sus escondrijos.
Pero todo eso parecía haber dejado de funcionar y los gatos no sabían qué hacer. Había uno, sin embargo, que cada vez estaba más gordo y su pelaje era envidiable, al revés que el de sus colegas. Todos se preguntaban qué hacía Supercat (así se llamaba) para estar tan bien alimentado. Le preguntaban una y otra vez pero éste no respondía, daba la callada por respuesta. Un día resultó que pillaron a Supercat con los mofletes hinchados y el rabo de un ratón saliéndole por la boca. Ante tal visión, los gatos ya no aguantaron más, se pusieron todos de acuerdo e hiceron que Supercat maullara.
- Se llama inbound hunting– confesó Supercat, sintiéndose coaccionado.
- ¿Inbound hunting?- exclamaron sus colegas.
- Sí, se trata de mercadotecnia de atracción.
Las caras de los gatos comenzaban a deformarse adoptando forma de interrogante.
- Os cuento. La idea principal es que el ratón venga a ti en vez de ir tú a por él. Viene a ser como poner un trozo de queso delicioso en una ratonera y esperar a que el ratón se deje llevar por sus sentidos y acabe atrapado en el arco de alambre. Nada de ir corriendo detrás de los ratones, eso se acabó, siempre huyen.
- ¿Y cómo haces que vengan a ti? – preguntó uno de los gatos, el que parecía más espabilado.
- A través de internet- respondió Supercat a una pregunta que él consideraba muy simple.
- En primer lugar creas una página web y concibes herramientas para que los ratones acudan en masa a visitarla, de forma voluntaria.
- ¿Y cómo consigues que acudan?
- Fácil- respondió Supercat con cierta soberbia- Creando contenidos interesantes, mostrándote en las redes sociales y mejorando el posicionamiento de tu página web en los buscadores (una vez oí a unos gatos americanos que a esto último lo llaman SEO). Tenéis que pensar que internet ha cambiado las reglas del juego y ahora los ratones deciden qué ver y cuándo verlo. Eso implica que los anuncios que ellos consideran molestos se los saltan, así que se trata de ser más sutiles que antes.
- ¿Y tú tienes página web?
- Por supuesto, en ella anuncio diferentes tipos de quesos. Pero para hacerla atractiva y que no parezca tan interesada no sólo hablo de mis quesos sino de diferentes temas que los roedores puedan encontrar cautivadores, como por ejemplo cuáles son los quesos más apreciados en el mundo y cómo se fabrican. Incluso a veces hablo de temas actuales que poco o nada tienen que ver con mis productos. Busco crear una comunidad de ratones entorno a mi página web, donde ellos puedan opinar, compartir contenido, etc. En definitiva, trato de educarlos, divertirlos y enamorarlos, para luego comérmelos, por supuesto.
- ¿Y eso funciona?
- Sí, claro. ¿No ves el peso que he cogido? Además, consigo que me dejen sus correos electrónicos y les envío informaciones que a ellos (y a mí) nos puedan resultar interesantes.
Los gatos se miraban unos a otros incrédulos con tales revelaciones. Supercat se estaba viniendo arriba, se sentía el catedrático de los gatos y eso hacía que soltara su áspera lengua.
- Pero esto no acaba ahí. Como os he comentado, hago uso de las redes sociales para difundir los mensajes (Linked-ratIN y Ratwitter principalmente) y recabar información. De esta forma conozco las preferencias de mis ratones-objetivo y creo contactos y lazos de confianza, de modo que no me teman y acaben viniendo a mis fauces (en eso momento abrió la boca al mismo tiempo que la señalaba con una de sus patas de uñas afiladas). La caza 2.0 es un hecho compañeros, así que si queréis sobrevivir tendréis que adaptaros a los nuevos métodos.
Ése era el secreto, había que adaptarse o morir. Sólo los gatos más hábiles sobrevivirían, selección natural que diría Darwin. A pesar de toda la valiosa información que les había proporcionado Supercat, no creáis que todos los gatos siguieron el nuevo método de caza, muchos se resistieron al cambio y acabaron en las calles pereciendo de hambre. Recuerda que esto es una fábula y que en la vida real no hay distinción entre gatos y ratones sino que todos en algún momento hacemos el papel de felinos y de roedeores indistintamente.
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